La acción de Por debajo de la piel (Premio Paraíso, Villaviciosa de Odón, 1985) tiene lugar en la Transición y en una ciudad de provincia. Los personajes –de una clase económica y cultural más baja de lo deseado–, insatisfechos y frustrados, luchan por una vida mejor, que creen merecer, intentando salvar su dignidad, lo que no siempre consiguen. Para ello, pretenden evitar, aunque solo interiormente, la salida fácil de la recomendación; se esfuerzan en hacer valer unos méritos que no poseen, y terminan recurriendo, en contra de sus declarados propósitos, al enchufe, aunque justificándose con falsas motivaciones y silenciando cómo consiguen medrar. Éste al menos es el caso de Juan Soriano, ambicioso y poco preparado, que acaba despreciando la cultura –el teatro o el periodismo–, porque no coincide con sus maneras de actuar, con su deseo de parecer alguien antes que de ser alguien. Y ahí radica su problema.
Estilísticamente, Por debajo de la piel es una novela transparente, de prosa ágil, diálogos fluidos y vocabulario preciso, y en la que tanto el tratamiento de los personajes como la descripción de las situaciones refrendan la enorme experiencia dramática de su autor.