Dichas, amor y esperanza
del alma inquieta, delirios,
lágrimas y desengaños
forman los cantares míos.

Quiero ocultar mi dolor
y mis cantares lo expresan,
que son las Notas del alma
y en ellas vibran mis quejas.

En Notas del alma, Carmen de Burgos se basa en las coplas populares de la época para componer un hermoso ramillete de cantares. La autora nos habla sobre su más profundo sentir a través de referencias a la música o a la naturaleza. Así, la flor del cactus, planta característica de los páramos despoblados almerienses de donde ella era originaria, le sirve como me- táfora del amor, porque tarda mucho en abrirse y pronto se marchita. Las reiteradas infidelidades, los falsos juramentos y las promesas baldías del que fue su marido hasta 1901, año en que se publicó por primera vez este libro, también fueron dolorosa inspiración para Colombine, que escribió estos sencillos cantares acercándose a la mejor tradición flamenca.