«Mucho tiempo atrás los elefantes y las ballenas eran el mismo animal. Podían caminar y nadar, respirar bajo el agua y sobre la arena. Se alimentaban de hierba y plancton. Pasaban largas temporadas en la sabana y en verano se dirigían al mar para disfrutar de suaves temperaturas. Sus vidas eran sencillas y siempre estaban en calma, porque eran los animales más gigantescos del planeta».